lunes, 21 de septiembre de 2015

LA DANZA DE LOS PALLOS, ORGULLO SANTIAGUINO 


La danza de los pallos, se realiza en Santiago de Chuco, capital de la provincia y el distrito del mismo nombre, en la zona andina de la región La Libertad, se representa con ocasión de la celebración del patrón apóstol Santiago el Mayor.
Esta danza se representa con ocasión de la celebración del patrón local de Santiago de Chuco, apóstol Santiago el Mayor, cuya festividad se realiza entre el 15 de julio y el 2 de agosto, siendo los días más importantes del 23 al 25 de julio, parte de la celebración que es llamada también fiesta de los forasteros por la presencia masiva de pobladores venidos de otras localidades de la provincia; y el 26 de julio, inicio de la octava, última parte de la fiesta. Siendo fiesta principal de la provincia, participan en ella una gran variedad de comparsas de baile, conocidas localmente como mojigangas.


El 23 de julio es el día del alba o novenario, acto de recibimiento del apóstol Santiago, representado por un devoto que, montado en un caballo blanco, y portando una pequeña imagen del Santo; parte del sitio llamado El Cerrillo hacia la ciudad, pasando por una antigua ruta inca, y acompañado por diversas mojigangas como las quiyaya o pallas, los indios, los negritos y los pallos, quienes hacen su entrada asumiendo el papel protagónico. 
El día 24 es día de “doces”, en que se realizan juegos diversos, desde la carrera de caballos a los castillos de fuegos artificiales. El día central, 25 de julio, es cuando se realiza la procesión de la imagen del apóstol a partir del mediodía, por las calles principales y la plaza de Santiago de Chuco, haciendo un alto frente a cada altar levantado para la ocasión en las esquinas de la plaza. Esta procesión es acompañada por las mojigangas en un común acto de veneración al patrón local.

Las comparsas pasan a hacer una competencia de baile, destacando por su brío y fuerza las de los pallos, que compiten tanto entre sí como con otras comparsas. Provenientes de diversos centros poblados de la provincia, destacan los pallos del mismo distrito de Santiago de Chuco, siendo algunos especialmente renombrados como los conjuntos del centro poblado de Huashgón.


Este día los pallos también hacen participar en el baile a personajes de importancia local y a visitantes, costumbre que es llamada echar el punto. Al caer la noche, en medio de la algarabía general, la imagen del apóstol es llevada de vuelta al templo; las comparsas de los pallos se colocan en dos hileras a la entrada del templo, flanqueando la procesión para ofrecer sus respetos al apóstol Santiago, alzando espadas y sombreros al paso de la imagen. Durante la octava u octavario se suceden una serie de actividades lúdicas y festivas, hasta el 2 de agosto. El día más importante es el 26 de julio, día último en que las mojigangas, incluyendo las de los pallos, hacen su presentación con un paso de despedida. 


Los pallos son grupos de baile o mojigangas compuestos por entre 8 y 12 bailarines varones, liderados por un pallo mayor o capitán. En la coreografía de esta danza los danzantes se distribuyen en dos hileras equivalentes, con la guía del pallo mayor, colocado al frente de una de las filas, quien ordena las figuras que se van sucediendo. Estas figuras son diversas, siendo las más características las llamadas número ocho o la cruz de Santiago. Los pallos realizan sus pasos o coreografía en una misma postura característica, manteniendo en alto la espada en la mano derecha, a veces con el puño izquierdo en la cintura, en pose de orgullosa autoafirmación; de hecho, el esfuerzo que supone la realización de esta danza a lo largo de las horas en los días que dura su participación es muy apreciado por la población.


La música que acompaña a esta danza se compone de tonadas con ritmos de diversa velocidad, desde las más lentas y sencillas que marcan la mayor parte de las figuras coreográficas de esta danza, y otras más aceleradas, usualmente el remate en las representaciones.





OTUZCO, CAPITAL DE LA FE


La fiesta de la Virgen de la Puerta se lleva a cabo en Otuzco el 15 de diciembre,en la ciudad de Otuzco. Ungida como patrona del norte y reina de la paz mundial durante el congreso eucarístico de 1943, la Virgen recibe la ofrenda de los gitanos, los "bailarines de la Viergen", así como de los "negritos" y de la "pandilla del Inca". La celebración comienza el día 12 de diciembre, con el arreglo del altar de la Virgen y última Novena en su honor. En la noche se lleva a cabo una verbena popular auspiciada por algunas marcas comerciales quienes costean principalmente los fuegos artificiales y la banda de músicos. El párroco inicia la celebración consistente en una secuencia de misas a lo largo de la feria, costead por los devotos de la Virgen. La efigie de un metro y cinco centímetros desciende desde su trono en lo alto de la Capilla por un sistema de riel acondicionado para tal función. Abajo es recibida por la Hermandad quienes serán los encargados de conducir en hombros y al compás de la banda de músicos y danzas, la Procesión de la milagrosa Esfinge. La presencia de peregrinos es abrumadora en la procesión, convirtiéndolo de esta manera como una de las festividades más importantes de la Libertad. Culmina el día 17 de diciembre.



La Región La Libertad celebra con mucha devoción y colorido popular sus fiestas religiosas y sus festividades patronales. El evento más importante es sin duda la realización, los días 15 a 17 de diciembre, de la festividad de la Virgen de la Puerta en Otuzco, que concita una numerosa peregrinación de fieles de todos los rincones del país. Lo más resaltante es la firmeza de su fe, lo que se comprueba con el fervor católico de la gran cantidad de devotos y concurrencia que congrega la celebración de la fiesta de La Virgen de La Puerta a quien se le atribuye nuevos milagros cada año.




Sin duda un festividad maravillosa, sin aún no la has vivido ¿Qué esperas? No te vas a arrepentir, ¡Otuzco te recibe con los brazos abiertos!



CHAN CHAN, AVENTURA ARQUITECTÓNICA


Chan Chan se ubica en el valle de Moche, frente al mar, a mitad de camino entre el balneario de Huanchaco y la ciudad de Trujillo, capital del departamento de La Libertad en la costa norte del Perú El sitio arqueológico cubre un área aproximada de 20 kilómetros cuadrados. La zona central esta formada por un conjunto de 10 recintos amurallados (llamados “ciudadelas”) y otras pirámides solitarias. Este conjunto central, cubre un área de 6 kilómetros cuadrados, aproximadamente. El resto, está formado por una multitud de pequeñas estructuras mal conservadas, veredas, canales, murallas y cementerios.




Desde fines del intermedio temprano (600 d.C.), y comienzos del horizonte medio (700 d.C.) -fase Moche V- en la costa norte del Perú, surgen nuevos modelos de ciudades, donde la estructura principal no será únicamente una pirámide ceremonial, sino una gran cantidad de cuartos y edificios cercados por grandes muros (“canchones”), que acompañan a ésta como la parte más importante del asentamiento. Un ejemplo de esto lo tenemos en las urbes Moche V de Pampa Grande, en el cercano valle de Lambayeque y Galindo, en el mismo valle de Moche. Lejos de las diferencias formales, en ambos, se pueden notar la importancia que tienen los grandes recintos amurallados, que albergan edificios dedicados a funciones administrativas, y por supuesto, ceremoniales. Otro ejemplo, lejano físicamente, pero contemporáneo, son las ciudades de Cajamarquilla y Pachacamac en la Costa Central (ambos, próximos a Lima).


Por su gran volumen y su antiguo prestigio de haber sido la capital de un importante y rico reino, Chan Chan ha estado presente en el interés de los viajeros e investigadores desde hace siglos. Sin embargo, hay que hacer notar que las menciones y referencias de este sitio en los documentos más antiguos, después de la conquista española, son escasos, o se refieren a él como una ruina. Es por eso que se postula, que tras la conquista Inca, Chan Chan (en un tiempo, rival del Cusco) fue saqueada y destruida (aproximadamente en el año 1470) y cuando llegó Pizarro (1532) esta ciudad era sólo un pálido reflejo de su viejo esplendor, habitado por pocas personas de escasa importancia política y económica.



Durante la época del virreinato (1532 – 1821) Chan Chan fue objeto de múltiples sequeos y destrucciones, pues existía la creencia que entre sus muros y pirámides estaba escondido un gran tesoro en piezas de oro y plata. Y aunque no hay datos oficiales que lo respalden, existe la leyenda de que varias fortunas se originaron de esa manera. Recién en el siglo XIX, con el renacer de las ciencias, esta ciudad fue estudiada con interés académico, viajeros como Rivero, Tschudi , Hutchinson, Middendorf y Bandelier la dibujaron, mapearon y describieron, preguntándose por su origen y cómo habría sido la vida las personas que poblaron Chan Chan. El siglo XX inaugura a la arqueología como ciencia, y los arqueólogos la hacen una de las principales fuentes de conocimiento del pasado peruano. Destacan las investigaciones de Bennet, Schaedel, Willey, Kosos, West, Mosley y Mackey.



Si aún no te convences, conoce un poco más de esta gran proeza inca.